Las piezas que componen esta pequeña muestra han sido elegidas por su importancia en nuestra trayectoria:
La tetera Ratona fue uno de nuestros primeros diseños, que nació precisamente en la escuela de cerámica. Una vez en el taller, mejoramos el sistema de la tapa y fijamos las líneas definitivas de las tazas así como el acabado.
El exprimidor pelícano, realizado en porcelana, refleja perfectamente nuestro amor por la naturaleza y en él hemos conseguido esa chispa de humor que intentamos tener siempre, igual que en la Pajarra (una práctica jarra para el agua con forma de pájaro) y en Tortu (una mantequillera). Todos ellos forman parte de nuestra familia Zoorámica, que nunca deja de crecer.
Por otro lado, en todas nuestras colecciones incluimos recipientes con tapa, y los Botits son nuestro mejor ejemplo, por su versatilidad y por sus infinitas posibilidades de acabado: siempre en dos colores, brillo o mate y con la bola en un tercer color o lustre dorado. Por último están las lámparas Equilibristas. Dan la posibilidad al usuario de cambiar las piezas y colocarlas en el orden que prefiera y se ven igual de bonitas con o sin pantalla. Buscamos de alguna manera el movimiento en un material en principio rígido, como es la cerámica.
Detrás de Tánata estamos Ana Ferichola (Madrid, 1980) y Natalia Figueroa (Bogotá, 1982). Nos conocimos en la Escuela de cerámica Francisco Alcántara de Madrid donde estudiamos Modelismo y Matricería y Cerámica Artística. Pronto empezamos a trabajar en un taller desarrollando proyectos propios.
En 2010 comenzamos a trabajar en proyectos de diseño y cerámica para otros diseñadores, más ligados al modelismo y a la reproducción seriada, que surgieron por el boca a boca, pues no hay muchos talleres de cerámica que hagan este tipo de trabajos a la carta, en tiradas pequeñas pero de finísimo acabado. Andrés Gallardo y el IED Madrid fueron de nuestros primeros clientes, así como muchos diseñadores emergentes y emprendedores.
En el año 2012 lanzamos la primera colección propia de piezas para el hogar: tazas, botes, jarras y teteras de nombres divertidos como Ratona y Guauhaus. Nuestros diseños tienen líneas limpias muy cuidadas y un punto de humor, y los diferentes acabados (brillo o mate) así como los juegos de color, son ya un sello característico de la marca. No dejamos nada al azar, y bautizamos cada uno de nuestros esmaltes con un nombre sugerente: el rosa Ñoño o el azul Cielito Lindo son algunos de nuestros colores estrella. Las colecciones han ido creciendo estos años y el catálogo se ha ampliado con lámparas, portamacetas y otras piezas exclusivamente decorativas, en nuestro empeño por acercarnos al mundo del Interiorismo